El folclore llora al gran maestro Lito Nieva (video)
El músico, compositor y armonizador trabajó desinteresadamente toda su vida, en favor del cancionero popular.
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Sábado 03 de Octubre de 2009 Espectáculos
LITO NIEVA LITO NIEVA
Un grande del folclore dejó un enorme espacio vacío dentro del cancionero popular salteño. El reconocido Lito Nieva falleció ayer en la capital salteña, luego de una prolongada enfermedad.
Mencionar a Lito Nieva es hablar del folclore grande de nuestra provincia. Su nombre empezó a ganar peso cuando integró a los inolvidables Los Nombradores, allá por la década del 60, junto a Daniel Toro y Augusto Torres, entre otros.
Nació en Salta el 20 de junio de 1932 con el nombre de Haroldo Florentino Arce. El apellido Nieva lo heredó de la línea materna. Detrás de una personalidad particular y de una tenacidad muy parecida al viento (que suave o tempestuoso casi siempre está), Lito Nieva supo crecer y encarnarse en la gente a través de su música, que tarde o temprano terminaba siendo la música de la gente.
Su tarjeta de presentación decía "Lito Nieva: capacitación y perfeccionamiento de intérpretes. Armonizaciones vocales e instrumentales. Montajes musicales a nivel discográfico".
Los conceptos indicados son amplios, pero no alcanzan a cubrir el enorme aporte y trabajo que Lito Nieva hizo en beneficio de los artistas locales y nacionales.
Toda una trayectoria de trabajo y aprendizaje habían convertido a Lito Nieva en un referente ineludible para todos aquellos que querían pulir sus inquietudes y aptitudes musicales. Hasta él habían llegado innumerables artistas para que el maestro los aconseje y los oriente en el duro trabajo de pulir al artista y de transformarlo en un producto digno y respetable.
Lito entendía que lo mejor que le podía pasar a un ser humano es hacer lo que sabe, por eso desempeñó su trabajo con dedicación y esmero. Sabía que para los artistas vivir del arte es una tarea ardua y difícil, sin embargo sostenía que se podía vivir dignamente de él. El lo hacía y lo disfrutaba, al mismo tiempo que decía que no se imaginaba haciendo otra cosa, pues la música y la docencia eran, más que su profesión, un modo de vida.
SADAIC lo tenía desde hace más de cuatro décadas como uno de sus socios más activos, con un alto número de obras registradas.
Su muerte significa un duro golpe al foclore.