Recuerdo que cuando empece a educarme, por medio de este gran instrumento, mis capacidades como interprete se multiplicaron y sume un gran volumen de expresividad y técnica musical. A raíz de repetir lentamente cada ejercicio y retomar los más sencillos solo para que la música se expanda y sea disfrutada por todos aquellos anónimos oyentes que vibran con el sonido del charango.
Fuerza, que la adversidad no te derrote. La tragedia es a la vida como los sonidos son al mar, reconstruye todos los días lo que sueñas por las noches.
Rubén G. Moreno Flores